PASO 2 HACER CONEXIÓN

Nos acercamos a nuestro hijo con paciencia y apertura para que el niño o niña sienta seguridad y confianza que nos ayuden a que se sienta listo para aprender.

Lo que queremos es lograr una conexión con el niño o niña, conectarnos a sus intereses y a lo que está sintiendo y experimentando en ese preciso momento. El enfoque es en sus gustos y en lo que le está llamando la atención por sus propios motivos. El niño o niña debe percibir que queremos pasar tiempo juntos.

De inicio debemos observar que está haciendo el niño, poner atención a distancia y luego poco a poco acercarnos, imitar lo que hace a cierta distancia, para darle confianza de nuestra presencia, que se de cuenta que no vamos a criticarlo o a ayudarlo, que vaya sintiéndose acompañado con seguridad. Ya que percibimos que el niño está cómodo con nuestra cercanía, ya podemos hablar con él de lo que está haciendo el niño, ya sea de un libro, de un juguete, o de algo que esté haciendo el niño, como cantar, contar en voz alta, etc.

Esta conexión tiene la función de recordarle al niño que entre ustedes hay una gran confianza, y esto da pie a que le podamos enseñar algo. También le va a dar seguridad de experimentar, de descubrir cosas, y de pensar ideas nuevas.

El Consejo Nacional Científico en Estados Unidos dice que la arquitectura del cerebro se forma mejor cuando se le pone mucha atención a las necesidades emocionales y sociales del niño, por medio de relaciones profundas con las personas a su alrededor. Es por esto que crear una relación emocional con nuestros hijos es una de las funciones principales de nosotros como padres.

Debemos prestar atención a las pistas que nos dan los niños de que quieren hemos logrado conectar con ellos, en su libro “Interacciones Poderosas”, Amy Laura Dombro comenta que detalles de lenguaje como una sonrisa, hacer contacto visual, darnos los brazos, seguir jugando pero con más entusiasmo, involucrarnos en su juego, hablarnos para mostrarnos algo o preguntarnos una pregunta, son señales que el niño está listo para aceptar nuestra invitación de hacer una conexión.

Ahora debemos mantener esa conexión durante toda la interacción, debemos seguir abiertos, manteniendo la confianza en el niño, cuidando nuestra expresión facial y tono de voz. Así podemos observar al niño y ver cuál es la mejor manera de extender el aprendizaje.

 

Aceptar el rechazo de nuestro acercamiento es paso clave, cuando el niño no quiera hacer conexión y así nos lo indique debemos estar listos para retirarnos en ese momento y volver a intentar después.